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Un cambio significativo en el bienestar animal
El gobierno de Nueva Zelanda ha tomado una decisión trascendental al anunciar la prohibición de las carreras de galgos, que entrará en vigor el 1 de agosto de 2026. Esta medida responde a las crecientes preocupaciones sobre el bienestar de los animales y el alarmante número de lesiones que ocurren durante estas competiciones. Con esta acción, se busca garantizar un futuro más seguro y humano para aproximadamente tres mil galgos que actualmente participan en estas carreras.
El contexto de la decisión
El viceprimer ministro y ministro de Carreras, Winston Peters, ha destacado que, a pesar de los esfuerzos realizados para mejorar la seguridad en las carreras, el número de lesiones sigue siendo «excesivamente alto». En 2021, un trágico incidente resultó en la muerte de 232 galgos y dejó a 900 perros heridos, lo que generó un fuerte clamor público por un cambio en la regulación de este deporte. La decisión del gobierno ha sido recibida con reacciones polarizadas, donde algunos grupos ven esto como un avance hacia el bienestar animal, mientras que otros lamentan la pérdida de un deporte que ha sido parte de la cultura neozelandesa.
Reacciones y consecuencias
La asociación Greyhound Racing New Zealand ha expresado su descontento, argumentando que han realizado inversiones significativas para mejorar las condiciones de las carreras. Su presidente, Sean Hannan, ha señalado que esta decisión no solo afecta al deporte, sino también a las familias y comunidades que cuidan de los galgos. Por otro lado, organizaciones de bienestar animal y partidos de oposición, como el Partido Laborista y los Verdes, han aplaudido la medida, ofreciendo su apoyo para asegurar que se implemente adecuadamente.
Medidas para el futuro de los galgos
Con la entrada en vigor de esta prohibición, el gobierno ha comenzado a implementar medidas para garantizar la reubicación de los galgos y proteger a los trabajadores del sector. Además, se ha propuesto una nueva legislación que estipula que solo veterinarios calificados podrán tomar decisiones sobre la vida de los galgos, poniendo fin a la práctica de la eutanasia por parte de los entrenadores. Este cambio representa un avance hacia una mayor responsabilidad y cuidado de los animales, marcando un cambio cultural significativo en Nueva Zelanda.