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La creciente popularidad de viajar en tren con mascotas
En los últimos años, cada vez más personas optan por dejar el coche en casa y utilizar el tren como medio de transporte para sus vacaciones o escapadas. Esta tendencia se debe a la comodidad y la sostenibilidad que ofrece el transporte ferroviario. Sin embargo, viajar con una mascota puede presentar ciertos desafíos que es importante conocer para garantizar una experiencia placentera tanto para el dueño como para el animal.
Normativas de las compañías ferroviarias
Antes de embarcarte en un viaje, es crucial informarte sobre las normativas específicas de la compañía ferroviaria que elijas. Cada empresa tiene sus propias reglas respecto al transporte de animales. Generalmente, se requiere que lleves contigo el libro de salud o el certificado de registro de tu mascota. Por ejemplo, los perros pequeños pueden viajar gratis si van en un transportín, mientras que los de tamaño mediano o grande deben ir con correa y bozal, y suelen pagar un billete que equivale a la mitad del precio de un billete de segunda clase.
Preparativos para el viaje
Una buena preparación es clave para un viaje exitoso. Asegúrate de hacer una “maleta” para tu mascota, que incluya su manta o almohadilla favorita para que se sienta más cómoda durante el trayecto. No olvides llevar suficiente comida y agua, así como platos plegables, bolsas para desechos y algunos juguetes. También es recomendable llevar a tu mascota al veterinario antes del viaje para un chequeo y asegurarte de que esté al día con sus vacunas. Esto no solo garantiza la salud de tu compañero peludo, sino que también te brinda tranquilidad durante el viaje.
Manejo del estrés durante el trayecto
Durante el viaje, es fundamental mantener la calma y hacer que la experiencia sea lo más agradable posible para tu mascota. Si notas que tu perro o gato está nervioso, intenta distraerlo con su juguete favorito o brindándole un poco de contacto físico. En viajes largos, aprovecha las paradas para dar un paseo y permitir que tu mascota estire las patas. Además, si es posible, elige asientos reservados para viajeros con mascotas, lo que puede contribuir a un ambiente más tranquilo y cómodo para todos.
