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Hay una raza de perro que goza de un éxito creciente, típica de Sudáfrica y considerada exótica. Se trata del Rhodesian Ridgeback, un tipo que nació polivalente y con un carácter amable, frente a un carácter dulce,
equilibrado y cariñoso.
Destaca por muchas peculiaridades interesantes, siempre que se preste atención a un factor en particular: la necesidad de contar con una granja de crestas rodesianas capaz de garantizar ejemplares con una genealogía muy alta, que nazcan en un contexto favorable y sean seguidos constantemente hasta que se separan de su madre y luego llegan a la nueva familia.
En este artículo, lo llevaremos al descubrimiento de esta raza especial, analizando sus características y centrándonos en la importancia de recurrir a empresas que ofrecen un servicio certificado y de calidad.
El crestado rodesiano es un perro originario del sur de África, esencialmente del de Sudáfrica como hemos tenido la oportunidad de mencionar, para ser exactos de la actual República de Zimbabue.
Parece que los progenitores de la especie que conocemos llegaron a este rincón del mundo junto con las tribus khoi-khoi de Oriente Medio, dedicadas principalmente al pastoreo. El perro se utilizaba para defender al rebaño, especialmente de animales potencialmente muy peligrosos como
el león o el leopardo.
Cuando los colonos holandeses e ingleses emigraron al sur de África, trajeron consigo perros de caza, que resultaron inadecuados para las condiciones locales. Sin embargo, mezclaron estas razas con las de las comunidades khoi-khoi: de este entrelazamiento nació el Rhodesian Ridgeback,
que se ha mejorado aún más en comparación con la versión inicial.
El Ridgeback Rodesiano es un perro muy equilibrado. Muy inteligente, puede adaptarse fácilmente a múltiples situaciones, resultando adecuado tanto para quienes viven en el campo como en un apartamento: siempre que no lo dejes solo durante demasiado tiempo y lo dejes pasear con
cierta frecuencia.
Es un animal que se presta bien donde haya niños, ya que es cariñoso y al mismo tiempo sabe controlarse, algo que no debe subestimarse en relación con el hecho de que los más pequeños a menudo necesitan practicar con un amigo de 4 patas, que debe ser comprensivo y paciente. Rhodesia lo es.
Destaca por ser reservado y, aunque no es fácil confiar en él, nunca parece frío: es amable de inmediato y hará que quedes bien con tus amigos sin darte problemas cuando conozcas a otro perro.
El Rhodesian Ridgeback, como todos los perros de raza pura, implica prestar atención a la elección de la cría. El pedigrí, de hecho, no es una cuestión de formalidad sino de garantía de que las características de la raza se transmiten de generación
en generación.
Es fundamental contar con personas que vean a los perros no tanto como una fuente de ingresos, sino como un ser vivo al que hay que respetar y, por lo tanto, están dispuestas a tratarlos de manera amorosa y concienzuda. De esta manera, te asegurarás no solo de tener a tu lado un ejemplar con la genealogía adecuada, sino sobre todo sano desde su nacimiento y que, como tal, solo podrá dar alegría
.
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